Qué es la domótica y la inmótica
Cada vez hablamos más de hogares y edificios inteligentes, pero para entender cómo funcionan y qué soluciones se pueden aplicar en cada caso, es importante saber qué es la domótica y la inmótica. Aunque ambos conceptos están relacionados con la automatización de espacios, sus aplicaciones, escala y complejidad son diferentes. A continuación, explicamos en qué consiste cada uno y cómo se diferencian.
¿Qué es la domótica?
La domótica se refiere al conjunto de tecnologías y sistemas que permiten automatizar y controlar diferentes funciones dentro de una vivienda. Su objetivo es mejorar el confort, la eficiencia energética, la seguridad y la accesibilidad en el hogar.
A través de sensores, controladores y actuadores, es posible gestionar desde la iluminación y la climatización hasta los sistemas de riego, cerraduras o persianas. Todo ello puede controlarse de forma centralizada o remota, incluso desde un móvil o mediante asistentes de voz.
El término “domótica” proviene del latín domus (casa) y del francés informatique (informática), fusionado con robotique (robótica). Hoy en día, representa una de las formas más accesibles y sostenibles de modernizar una vivienda y adaptarla a las necesidades actuales, tanto en obra nueva como en reformas.
¿Qué es la inmótica?
Por otro lado, la inmótica se aplica a la automatización de edificios de uso no residencial, como oficinas, hoteles, hospitales, centros comerciales, universidades o plantas industriales. Se trata de sistemas de control más avanzados, pensados para gestionar múltiples instalaciones desde un único punto, de forma eficiente, segura y escalable.
Mientras que en domótica los sistemas suelen ser más sencillos y modulares, en la inmótica hablamos de soluciones centralizadas de gran capacidad, con autómatas más complejos y de mayor tamaño. Estos sistemas permiten gestionar desde la climatización de todo un edificio hasta el control de accesos, la eficiencia energética, el alumbrado, o la seguridad técnica (alarmas, incendios, fugas…).
Gracias a la inmótica, es posible reducir los costes operativos y optimizar el mantenimiento de grandes infraestructuras, mejorando al mismo tiempo la experiencia de los usuarios y la sostenibilidad del edificio.
Diferencias entre domótica e inmótica
Aunque la tecnología base es similar, existen varias diferencias clave entre ambos conceptos. La domótica está enfocada a viviendas particulares, donde los sistemas son más económicos, modulares y de fácil integración. Utiliza autómatas de menor tamaño, pensados para gestionar funciones domésticas como la iluminación, la climatización o la seguridad básica.
La inmótica, en cambio, está diseñada para controlar edificios más complejos, como centros comerciales, oficinas o instalaciones industriales. Los sistemas inmóticos implican una mayor inversión inicial, ya que integran dispositivos más potentes y estructuras de control a gran escala. Sus autómatas suelen estar ubicados en cuadros eléctricos más grandes o salas técnicas, y permiten la supervisión y el control centralizado de múltiples instalaciones simultáneamente.
Ambos sistemas, sin embargo, pueden coexistir en un mismo entorno. Por ejemplo, un edificio residencial puede incorporar inmótica para las zonas comunes (garaje, acceso, climatización central), mientras que cada vivienda individual cuente con su propio sistema domótico personalizado.
Saber qué es la domótica y la inmótica es fundamental para tomar decisiones acertadas a la hora de automatizar cualquier tipo de espacio. En MG Electricidad trabajamos con soluciones escalables y adaptadas tanto a viviendas como a edificios complejos, acompañando cada proyecto desde la planificación hasta la puesta en marcha.