Qué componentes forman un sistema domótico

Qué componentes forman un sistema domótico

Cuando hablamos de domótica, solemos centrarnos en las funciones: controlar luces desde el móvil, regular la climatización o recibir alertas si se abre una ventana. Pero para que todo eso ocurra, es necesario un sistema que conecte, gestione y ejecute órdenes. Es decir, un conjunto de elementos trabajando de forma coordinada. Saber qué componentes forman un sistema domótico nos ayuda a comprender cómo funciona y qué necesitamos para diseñar una instalación eficiente y duradera.

Aunque los componentes pueden variar según el fabricante, el tamaño del proyecto o las funciones deseadas, existen ciertos elementos comunes que forman la base de cualquier sistema domótico. Algunos son imprescindibles, otros complementarios, pero todos cumplen un rol concreto dentro del conjunto.

Unidad central o controlador

Es el cerebro del sistema. Aquí es donde se almacena la programación, se reciben las señales de los sensores y se deciden las acciones que deben ejecutarse. Puede tratarse de una centralita única, ubicada en el cuadro eléctrico, o de controladores distribuidos en diferentes zonas de la vivienda. Algunos modelos incluyen pantalla incorporada, mientras que otros trabajan de forma silenciosa en segundo plano.

Sensores

Son los encargados de recoger información del entorno. Detectan movimiento, temperatura, humedad, presencia de gas, niveles de iluminación, apertura de puertas o ventanas, entre muchos otros datos. Gracias a ellos, el sistema puede reaccionar en tiempo real. Por ejemplo: si un sensor detecta que la temperatura baja de cierto umbral, puede activar la calefacción automáticamente.

Podemos distinguir entre sensores digitales (dan una señal simple: encendido/apagado) y sensores analógicos (transmiten valores variables, como 22,5 ºC o 60% de humedad).

Actuadores

Una vez que el sistema ha procesado la información, necesita ejecutar una acción. Aquí entran en juego los actuadores: dispositivos que responden a las órdenes del controlador. Por ejemplo, pueden encender una lámpara, abrir una persiana, cerrar una válvula o activar una alarma.

Al igual que los sensores, los actuadores pueden ser digitales (por ejemplo, encender o apagar) o analógicos (abrir una válvula un 30%, o subir una persiana al 50%).

Interfaz de usuario

Es el punto de contacto entre el sistema y el usuario. Aquí se visualiza el estado general de la instalación, se recibe información (como alertas o consumos) y se pueden modificar parámetros. Las interfaces pueden ser físicas (pantallas táctiles, pulsadores programables) o virtuales (apps móviles, asistentes de voz o accesos vía web). También pueden integrarse con otros sistemas, como cámaras de videovigilancia o videoporteros.

Fuente de alimentación

Todos los elementos del sistema requieren energía para funcionar. La fuente de alimentación se encarga de convertir la tensión de red a la necesaria para los dispositivos domóticos, normalmente en corriente continua. Algunas fuentes están integradas en la central, otras son externas. Incluso existen modelos con baterías que garantizan un funcionamiento temporal en caso de corte de luz.

Cableado y medios de transmisión

Uno de los puntos más importantes para que todo funcione correctamente es la forma en la que los dispositivos se comunican. Dependiendo del sistema, esta comunicación puede realizarse por distintos medios:

  • Cableado propio: como par trenzado o bus de control, típico en instalaciones KNX.

  • Cableado compartido: usando redes ya existentes, como la red eléctrica (PLC) o la red de datos.

  • Inalámbrico: mediante tecnologías como radiofrecuencia, Zigbee, Z-Wave o WiFi, especialmente útil en reformas o ampliaciones sin obra.

En todos los casos, el medio de transmisión debe ser fiable y adaptado a las características del espacio.

Software de programación

El software es el que permite configurar el comportamiento del sistema. Existen soluciones abiertas (como KNX), que permiten integrar dispositivos de distintos fabricantes, y otras cerradas o propietarias, donde todo debe ser del mismo fabricante. Esta elección es clave para prever posibles ampliaciones o integraciones futuras.

El software también puede influir en la facilidad de configuración: desde entornos visuales para técnicos hasta interfaces más sencillas para el usuario final que permiten ajustes básicos.

Entender qué componentes forman un sistema domótico es esencial para diseñar instalaciones realmente útiles, seguras y adaptadas a cada vivienda. En MG Electricidad estudiamos cada caso para ofrecer soluciones escalables, compatibles y eficientes, siempre ajustadas a las necesidades del cliente y a las posibilidades del espacio.

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